Mestizaje es el encuentro biológico y cultural de etnias diferentes, en el que éstas se mezclan, dando origen a nuevas. Se utiliza con frecuencia este término para describir el proceso histórico sucedido en Iberoamérica que la llevó a su estado racial y cultural actual. Sin embargo, puede también referirse a otros pueblos que hayan atravesado un proceso de encuentro entre varias razas o culturas, como Filipinas, Sudáfrica o Estados Unidos, cada caso en distinto contexto y medida.
El mestizaje no es el resultado de una necesidad, sino más bien responde a las estructuras históricas de los pueblos al igual que a su geografía e incluso su situación climática. Es por ello que diferentes regiones dentro de un mismo país pueden presentar diferentes grados y tipos de mestizaje. El ejemplo latinoamericano es notable, puesto que ejemplifica una mezcla racial expandida por gran parte del territorio.
Este proceso ha sido definido como uno de transculturación, que ha definido la identidad latinoamericana. El proceso de mestizaje en América Latina se originó con la llegada de los europeos al continente y subsecuentemente de los esclavos africanos que vinieron con ellos. En este encuentro de culturas surgieron tres tipos de mestizos:
Mestizos: mezcla de indígena y europeo;
Mulatos: mezcla de africano y europeo;
Zambo: mezcla de africano con indígena.
Castizo: mezcla de mestizo con europeo
Criollo: españoles nacidos en la Nueva España
El mestizaje ha sido uno de los temas fundamentales en los continentes americanos pero especialmente en América Latina. Esta característica de fusiones culturales, ha sido acogida en las últimas dos décadas para explicar el fenómeno de la pluralidad en Iberoamérica. Así mismo, esta misma ideología le ha dado fuerza a la teoría de que detrás de la percepción de la sociedad como producto del mestizaje existe un fenómeno enmascarado de racismo y exclusión. Este último punto se refleja en el hecho que estudios recientes tienden a llamar la atención sobre la necesidad de reformar el derecho para poder hacer frente a una realidad antes inexistente o ignorada: la pluralidad de la sociedad.
En el caso especifico de Colombia, según un informe de la Organización de Naciones Unidas, más de una cuarta parte de la población es afro-descendiente, y dentro de esta población, las tasas de analfabetismo y mortalidad infantil son tres veces mayores que las del resto de los colombianos. Esta cifra manifiesta la relación directa que existe entre las condiciones de vida y raza y verifica la necesidad de hacer reformas institucionales que estén dirigidas a favorecer a los grupos desaventajados. La noción de universalidad del mestizaje y como consecuencia la homogenización teórica no debe continuar siendo sostenida, desenmascarar la concepción de mestizaje permitirá la creación de políticas más adecuadas para resolver la desigualdad en las sociedades latinoamericanas.
La idea del mestizaje, según algunos estudiosos, ha sido utilizada por los gobiernos y las élites latinoamericanas para ocultar indicios de discriminación racial y racismo en el continente. Utilizando términos de Stanley Cohen, Ariel Dulitzky argumenta que existen tres tipos de formas en que la discriminación racial y el racismo son negadas en el continente: la negación literal, la negación interpretativa y la negación justificada . La primera de éstas se da cuando los gobiernos niegan que cualquier tipo masivo de discriminación racial y racismo se dé en sus países.
Una forma clara de negación literal es mediante el uso de la idea de mestizaje. A través del discurso de igualdad de razas en el continente, la percepción de que todos pertenecemos a una sola raza “mestiza” que tiene los mismos ancestros ayuda a reforzar la imagen de que no existe el racismo puesto que ni siquiera existen razas diferentes. Esta noción ayuda a reforzar la idea de la democracia e incluso a fomentar la consolidación de un nacionalismo que fortalece el estado, en el período republicano la idea de la raza única mestiza era un arma de defensa contra otros elementos que podían fragmentar los nuevos estados latinoamericanos por medio de esta se buscaba fortalecer los países emergentes al estilo de las naciones europeas.
Sin embargo esta visión de mestizaje ha adquirido según Peter Wade una imagen que se acerca más a aquella proyectada por la raza blanca y se ha intentado alienar a la raza indígena y aún en mayor medida a la negra.
Existe la noción de que en estas razas no blancas que se podría decir también son no mestizas, existe, esto es entre ciertos grupos, un deseo de blanqueamiento de su raza mediante el mestizaje lo que les llevaría a un nuevo posicionamiento dentro del orden social. En esto se enfoca Wade al hablar en especial de la raza negra cuando algunos buscan abrir un camino de abrir nuevas posibilidades para sus ascendentes. Sin embargo existe la noción contraria bajo la cual el mestizaje es evitado por una de las razas ya que esto es mal visto por los suyos, en el caso de alguien de raza negra esto podría ser considerado una traición.
Mestizaje etnico
En la etapa colonial, el orden social se estructuró en base a una división de castas, resultado de la casi infinita posibilidad de cruces que se dieron en América entre los tres grandes troncos raciales: el indígena, el de procedencia europea y el de origen africano. El esquema, impuesto por los conquistadores, era jerárquico y fue configurado sobre los criterios de raigambre feudal provenientes de Europa.
La cúspide de la pirámide era blanca, sustentada por las subdivisiones “inferiores”, configuradas por las mixturas étnicas, entre ellas la de los mestizos.
El mestizo ocupaba una jerarquía menor al español y al criollo (hijo de europeos nacido en América); pero en la pirámide social si el mestizo tenía un rango menor que el criollo y el blanco, tenía en cambio un rango más alto que el indígena. Naturalmente el mestizaje étnico, fruto de la combinación racial, estableció una posición social para cada grupo resultante. En tanto que el mestizaje cultural, producto de la interacción de culturas, se fue gestando en un proceso de más largo plazo, produciéndose una sincretización de valores y pensamientos de una y otra culturas.
http://www.misecundaria.com/Main/ElMestizajeCultural
Mestizaje cultural
Después de la conquista, en las comarcas americanas se estableció una organización y administración política con las características que ofrecía la España católica. La iglesia, uno de los principales centros de difusión del pensamiento colonialista europeo, catequizó y transmitió su ideología a los habitantes americanos, a través de diversos medios, uno de ellos fue precisamente la música religiosa.
Los Siglos XV y XVI marcan el esplendor de la música española. La de mayor representatividad fue la música religiosa, que se asentó en los Conventos y cuyo exponente fue el maestro de capilla: educador, intérprete y compositor.
En un principio, sólo podía ser maestro de capilla un religioso ordenado que venía de España. Sin embargo, con el tiempo, fue sustituido por músicos profesionales, muchos de los cuales eran criollos y aun mestizos. El primer mestizo del que se tiene noticias, que llegó a ser maestro de capilla, fue Diego Lobato de Sosa Yarucpalla (ca. 1538-ca. 1610). Otros famosos representantes musicales fueron Gutierre Fernández Hidalgo (ca. 1553- ca. 1620) y Manuel Blasco (ca. 1628-ca. 1695).
Los jóvenes indígenas fueron educados musicalmente por religiosos. En Quito, desde 1535, funcionaba una escuela organizada por los franciscanos Fray Jodoco Ricke y Pedro Gosseal, en la cual se enseñaba, entre otras disciplinas, música. Se seleccionaban estudiantes entre varios pueblos de la región, sobre todo ingresaban los hijos de los caciques, a quienes se les enseñaba a tocar órgano, flauta, sacabuches, canto, etc.
http://mx.answers.yahoo.com/question/index?qid=20091027173800AAgRJpR
El concepto de “Mestizaje Cultural”como identidad regional. La constitución del “Nosotros” Latinoamericano. El concepto de Mestizaje Cultural, encierra para Latinoamérica un núcleo de conformación social que permite recrear y transformar dinámicamente los procesos críticos de las sociedades actuales, ya sea de índole económico social o político. Somos mestizos no-solo étnicamente, cuestión ya analizada desde momentos de la conquista americana, más aún, estos procesos de mestización existieron ya en las culturas precolombinas como cuestiones netamente sociales, donde se suponen ámbitos de encuentro o de confrontación, somos mestizos porque a parte de haber recibido influjos de distintas migraciones con ellas también han migrado culturas, hábitos y cosmovisiones que han tenido que adecuarse a su nuevo horizonte.
Latinoamérica es el horizonte más amplio de las regiones que recibieron estas corrientes migratorias. En el período de colonización, momento en que nuestro continente entra en la historia occidental, se da un proceso de mestizaje que será un eje transversal para la constitución de las nuevas sociedades, sociedades donde blancos “civilizados occidentalmente” se sintetizan con lo originario, momentos desde el cual comienzan las luchas de poder dirimiendo instancias de derecho.
Ser mestizo es lo que en la nueva constitución comunitaria lleva a la obligación de situar no ya en suelo sino en conciencia los lugares de pertenencia, para luego dar espacios físicos; proceso que permitirá el paso de lo biológicamente mestizo a un mestizaje que se va conformando de modo cultural. En la historia de la política Argentina la dicotomía era “civilización o barbarie”, dividiendo una sociedad que se va gestando en medio de un juego, en el que conforma su núcleo comunitario. La respuesta es “bárbaramente civilizados”, prejuicio o complejo de inferioridad que marcó un modo de hacer política.
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